EL HOMBRE QUE NEGO EL SALUDO NAZI
Landmesser tenía detrás una conmovedora y desgarradora historia para no realizar el saludo. Aunque fue del Partido Nazi desde 1931 y hasta 1935, fue expulsado por haberse casado con una mujer judía, Irma Eckler.
Con ella tuvo dos hijas y fue por ello por lo que le metieron en la cárcel por "deshonrar a la raza". De Irma, se cree que fue detenida por la Gestapo y metida en la prisión de Hamburgo y sus hijas (Ingrid e Irene) separadas.
A Ingrid se le permitió vivir con su abuela materna, mientras que Irene fue llevada a un orfanato y más tarde adoptada por una familia. Una vez que Landmesser salió de prisión en 1941 fue enviado a la guerra, aunque pronto se le declaró como desaparecido en combate y se le dio por muerto.
Esta es una de las muchas injusticias que cometieron los nazis.
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