LA HISTORIA SE REPITE!
Casi un año después
de la manifestación que encendió la llama de la indignación que más
adelante recorrería el mundo, miles de de personas —30.000, según el Ministerio
del Interior— han vuelto a abarrotar este sábado, 12 de mayo, la Puerta
del Sol. Dicen estar aún más indignados que en 2011.
Defienden una sanidad y
educación públicas de calidad y una vivienda digna y garantizada para todos.
No
aceptan la reforma laboral ni los rescates a los bancos. Critican, igual que
hace un año, el sistema actual, que tachan de antidemocrático. Critican también
los "abusivos" recortes emprendidos por el nuevo Gobierno. Por ello,
han vuelto a 'tomar' las plazas. Con una diferencia. En esta ocasión, no ha pillado desprevenido a nadie.
Indignados, periodistas y
policías se daban cita desde primera hora de esta tarde en la Puerta de Sol y
alrededores. Allí esperaban la llegada de las cuatro marchas 'indignadas' que, habiendo salido desde
diferentes barrios y pueblos, terminaron por encontrarse en cuatro puntos:
plaza de San Bernardo (glorieta de Ruiz Jiménez) para los del Norte, la de
Atocha para los del Sur, la de Cibeles para los del Este y la plaza de Oriente
para los del Oeste.
Pasadas las 20.00 horas,
las cuatro manifestaciones hacían su entrada, entre cánticos, aplausos y hasta
batucadas, en Sol. Uno de los grandes momentos de la jornada se produjo
precisamente en este instante, cuando cuatro globos de helio elevaron del suelo
una tienda de campaña que sobrevoló la protesta.
Con pancartas con lemas
como "La sanidad no es un negocio, es un derecho", "Apaga la
tele, enciende tu mente", "Régimen del 1%, crisis del 99%",
"No nos vamos, nos echan" o "Con el dinero de todos no se
juega", los 30.000 'indignados' que acudieron´, según cifra el Ministerio
del Interior, han querido demostrar así a los gobernantes que "el 15-M no está muerto".
Además, los manifestantes
coreaban algunos de los lemas que ya se han convertido en himnos del
movimiento como "Lo llaman
democracia y no lo es", "Que no nos representan" o
"esta crisis no la pagamos". Como sucedía también en las
concentraciones del año pasado, debido a la saturación de las líneasInternet dejó de funcionar.
Desalojo
a las 5.00 horas
El Ministerio de Interior desplegó a más de 1.500 agentes, una cifra muy superior a los efectivos con los que contó, por ejemplo, durante la huelga general (1.000), lo que ha supuesto que los furgones policiales se contaran por decenas y que dos helicópteros sobrevolaran la zona. Sin embargo,hasta las 4.45 horas de la madrugada no se produjo ningún altercado. Y eso a pesar de que los 'indignados' desafiaron la decisión de la Delegación del Gobierno, que solo autorizaba la concentración hasta las 22.00 horas.
El Ministerio de Interior desplegó a más de 1.500 agentes, una cifra muy superior a los efectivos con los que contó, por ejemplo, durante la huelga general (1.000), lo que ha supuesto que los furgones policiales se contaran por decenas y que dos helicópteros sobrevolaran la zona. Sin embargo,hasta las 4.45 horas de la madrugada no se produjo ningún altercado. Y eso a pesar de que los 'indignados' desafiaron la decisión de la Delegación del Gobierno, que solo autorizaba la concentración hasta las 22.00 horas.
Pasadas las 4.30 horas,
algunos se habían acomodado sobre cartones con la intención de pasar allí la
noche. Momentos más tarde, sin embargo, la Policía procedía al desalojo de la plaza.
La operación se desarrolló en apenas diez minutos y
sin excesiva violencia -no hubo cargas aunque sí empujones-, efectuándose, no
obstante, 18 detenciones.
Grito
mudo
Antes del desalojo, a media noche, los presentes guardaron un minuto de silencio, calificado de "grito mudo", con el que se pretendía pedir el cese de la "violencia económica y las guerras". Inmediatamente después, la euforia se desató en la plaza. Entre aplausos, agitando pañuelos blancos algunos, y con las palmas extendidas otros, los manifestantes corearon al unísono el famoso "sí se puede". Eran muy pocos, sin embargo, los que manifiestaban su intención de acampar e imitar los sucedido en 2011. Lo que sí aseguraron es que, hasta el 15 de mayo,seguirán las celebraciones del primer aniversario 'quincemayista'.
Antes del desalojo, a media noche, los presentes guardaron un minuto de silencio, calificado de "grito mudo", con el que se pretendía pedir el cese de la "violencia económica y las guerras". Inmediatamente después, la euforia se desató en la plaza. Entre aplausos, agitando pañuelos blancos algunos, y con las palmas extendidas otros, los manifestantes corearon al unísono el famoso "sí se puede". Eran muy pocos, sin embargo, los que manifiestaban su intención de acampar e imitar los sucedido en 2011. Lo que sí aseguraron es que, hasta el 15 de mayo,seguirán las celebraciones del primer aniversario 'quincemayista'.
Fátima-Historia
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